Lxs memoriosxs quizás recuerden una propaganda que circuló durante 1977 donde una Argentina con forma de churrasco y enmarcada por la frase: “Unámonos…y no seremos bocado de la subversión”, representaba los intereses económicos protegidos por el golpe militar del ’76. La dictadura profetizaba “refundar la Nación” bajo el imperio del “Orden” y la “Defensa de los valores occidentales y cristianos” autodenominándose “Proceso de Reorganización Nacional”, en clara alusión al “Proceso de Organización Nacional” emprendido por la oligarquía terrateniente a fines del siglo diecinueve. Esta última, conocida como la Generación del 80, llevó adelante bajo el lema “Orden y Progreso” la llamada Campaña del Desierto (1879), financiada por la Sociedad Rural Argentina (cuyo fundador era bisabuelo del ya fallecido acusado por crímenes de lesa humanidad Martínez de Hoz) para exterminar a los pueblos originarios y expropiarles sus tierras.
El Gran Buenos Aires (GBA) alberga más de 14 millones de personas, 3 millones de las cuales viven en la capital, la ciudad más rica del país, donde se concentra la mayor densidad poblacional. Un millón de personas vive en villas miseria y sobrevive cartoneando en los barrios pudientes de la capital o realizando changas y venta ambulante. De los que tienen trabajo casi la mitad está en negro, con salarios promedios que no cubren la canasta básica. Sólo el 45% de los pobladores tiene cloacas, un 65% agua potable y las garrafas que utilizan en ausencia de redes de gas natural se encarecieron más del 180%.