Diagramas situacionales
Espacio de trabajo tramado a partir de propuestas puntuales, mediante las cuales generamos pensamiento para un análisis de circunstancias y temáticas. A través de formas geométricas simples, lxs participantes eligen de qué manera van a situarse (centro o periferia, cúspide o base) para observar y analizar una determinada situación.
Para comenzar, hay que dibujar un territorio real o conceptual con una temática específica, y elegir dónde focalizarse, desde qué lugar se va a reflexionar. Nos inspiramos en la perspectiva del sistema-mundo, elaborada en los años 70 por Immanuel Wallerstein. Allí el autor analiza la concentración del poder económico, cultural, militar y tecnológico en un pequeño núcleo de países centrales, los cuales posicionan al resto del mundo como un territorio de saqueo y expoliación de recursos naturales y humanos.
En este ejercicio cada participante deberá identificar cuál será el punto de vista adoptado, una especie de ordenador de la mirada que iluminará y priorizará determinados aspectos, organizando lejanías y cercanías. Algunas preguntas disparadoras: ¿Pongo en el centro a mi propia práctica o a una instancia de poder específico? ¿Cuáles son sus modos de funcionamiento y articulaciones? ¿Qué conexiones establece el centro con otras zonas del territorio? ¿Cómo se constituyen las fronteras? ¿Son sólidas o porosas? ¿Qué ocurre en áreas disidentes al núcleo? ¿Funcionan como compartimentos estancos o sufren modificaciones a partir de un sistema de flujos? ¿Los movimientos son de trabajo, estudio u ocio? ¿Afectivos o materiales? ¿Qué tiempo insumen esos recorridos?
En otra instancia del taller, pondremos el foco sobre los sujetos que habitan el territorio dibujado, analizando sus saberes y prácticas. La imagen inspiradora en relación a este ejercicio la constituye la zona del ser y no-ser, pensada por Frantz Fanon en relación al racismo. Allí plantea la operación de los centros colonizadores (zonas del ser) que autoafirman el despojo y el genocidio colonial, identificando en las periferias (zonas del no-ser) la existencia de “subhumanos reemplazables”.
Este ejercicio potencia un análisis interseccional, buscando entramar las categorías de raza, género, clase y sexualidad para complejizar el punto de vista. Se puede analizar no solo lo que viene instituido desde afuera (los roles de los poderosos, los mandatos sociales, ciertos arquetipos o modelos), sino también afrontar el desafío de pensar nuestra propia comunidad o colectivo. Algunas preguntas disparadoras: ¿Quiénes son los sujetos legítimos con voces autorizadas? ¿Dónde se ubican los portadores de un saber ninguneado o menospreciado? ¿Cómo se organiza esa escala de legitimidad? ¿Qué vínculos y movimientos se producen entre unos y otros? ¿Qué saberes ostentan (académicos, sindicales, de “pertenencia social”, ancestrales, identitarios, etc.)?